Si bien el día internacional de los árboles es el 21 de marzo, en Argentina se conmemora también los 29 de agosto desde el año 1901.
Historia
El primer día del árbol fue instituido en Suecia en el año 1840, con el objetivo principal (ya en esa época), de tomar conciencia sobre todos los recursos naturales y sobre todo del cuidado a los árboles, fuentes de oxígeno del planeta.
El 21 de agosto de 1860 se agrega en la bandera de Canadá una hoja de arce, el árbol típico de ese país y reconocido por su belleza y madera.
Por ese motivo, desde entonces se celebra también allí el día del árbol. En el año 1872 el festejo se suma a los Estados Unidos, de la mano desde los inmigrantes suecos que llevaron además de sus costumbres, sus celebraciones.
En Argentina
En nuestro país, gracias al presidente Domingo Faustino Sarmiento (1868 – 1874) se impulsa la actividad forestal.
En un discurso se lo oye decir: “El cultivo de los árboles, conviene a un país pastoril como el nuestro, porque no solo la arboricultura se une perfectamente a la ganadería, sino que debe considerarse un complemento indispensable” y agrega: “La Pampa es como nuestra República, tala rasa. Es la tela en la que ha de bordarse una nación. Es necesario escribir sobre ella ¡Árboles! ¡Planten árboles!”
Treinta años después de estas palabras, más precisamente el 29 de agosto de 1900, se instituye la fecha como “El Día del Árbol”, por parte del Consejo Nacional de Educación e iniciativa del Dr. Estanislao Zeballos. El festejo de este día comenzó a celebrarse en 1901.
Reflexión
Para dejar un mensaje en este día, desde Siembra Tu árbol compartiremos unas máximas sobre los derechos de los árboles:
– A vivir, porque nacen como nosotros.
– A ser cuidados y protegidos.
– A no ser dañados por nadie.
– A cumplir su ciclo natural de la vida.
– A crecer y desarrollarse naturalmente.
Para finalizar, les dejamos unas estrofas escritas por Antonio Machado:
Árbol, buen árbol, que tras la borrasca
te erguiste en desnudez y desaliento,
sobre una gran alfombra de hojarasca
que removía indiferente el viento…
Hoy he visto en tus ramas la primera
hoja verde, mojada de rocío,
como un regalo de la primavera,
buen árbol del estío.
Y en esa verde punta
que está brotando en ti de no sé dónde,
hay algo que en silencio me pregunta
o silenciosamente me responde.
Sí, buen árbol; ya he visto como truecas
el fango en flor, y sé lo que me dices;
ya sé que con tus propias hojas secas
se han nutrido de nuevo tus raíces.
Y así también un día,
este amor que murió calladamente,
renacerá de mi melancolía
en otro amor, igual y diferente.
No; tu augurio risueño,
tu instinto vegetal no se equivoca:
Soñaré en otra almohada el mismo sueño,
y daré el mismo beso en otra boca.
Y, en cordial semejanza,
buen árbol, quizá pronto te recuerde,
cuando brote en mi vida una esperanza
que se parezca un poco a tu hoja verde…
Feliz Día a todos los árboles del planeta y a reflexionar sobre lo necesarios e importantes que son en nuestras vidas!